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SOBRE LA LÍBIDO.

SUSANA. (CAP.2)

/Pantalla negra. Una tecla sol en un piano. En medio de la pantalla SUSANA en letras amarillas /

 

(Voz en Off)

Alargo los dedos, porque en el suave beso de un instante se dibuja una letra, y apenas unos segundos después, hasta una frase, hasta una idea. No podría apoyar las manos sobre el vientre y ver pasar el tiempo a la deriva, aunque quizá tres grados más al sur, allí donde se pierde la inocencia, si pudiera. Si yo aquí a solas puedo parecer eterna, eterno golpeteo del teclado, ni sonriente figurín ni estatua erguida me harían competencia: aunque eterna parezca sólo soy mano que se alarga y que toca, y que muere, revive y se suicida en cada letra.  (Todo mientras se enfoca el grifo de la cocina que gotea : clonc clonc clonc)

 

Huele a café hasta la axila del tiempo {se enfoca lentamente una mesa de escritorio –de izquierda a derecha- 1. una taza de café}, y a humo de tabaco mal fumado{2. un cigarro consumido con el hilo de ceniza aún unido}, a porro mal liado{3.una caja de papel de liar}, a vino barato{4.una botella de vino vacía sin etiqueta y un vaso manchado, casi reseco}  y ambiente poco ventilado {se desplaza la cámara sigue hacia la derecha haciendo una curva hasta la cama sin hacer. Va subiendo por los pies, las piernas, hasta Susana. La imagen de Susana es dura, desaliñada y despeinada; lleva una camiseta de Barcelona del 92. Vuelve en si, coge en tabaco de la mesita y prende un cigarrillo.}  Si al prender una cerilla Antonio Gala dijo que “el alba empieza a arder sobre la mesa”, al mechero le digo{Le da una enorme calada y echa el humo como en una especie de suspiro, hacia arriba, seductora.}: la muerte empieza a iluminar frente a mi boca, empieza a oler sobre mi cuerpo, y empieza a dibujarse frente a mi cara; y mi resurgir habrá de apartarse de la saliva, y dibujarse sólo con la palabra escrita, que resurja cuando ésta me mate, que la botella de veneno tenía otra parte: el antídoto de después.

“Tacones Lejanos” me inspira{Susana en la ducha}, Machado me obsesiona {mete un libro de machado en su bolso. Se pone el abrigo.} y Alaska me atormenta con cosas que trato de olvidar {Apaga la tele dónde aparecía Alaska}. La siniestrez se tornó a mi figura, si lejos de vestir de negro me colgué ese plumón rojo que guardaba en una caja de zapatos {se enfoca la bufanda roja / se entrelaza con una imagen de su habitación, de su armario, dónde hay una caja de zapatos, por cuyo lateral sobresalen plumas rojas}, si rescato esa chupa rosa con imperdibles {es un armario pobre, con cortinas en vez de puertas, una de ellas corridas. Dentro esa chupa de cuero rosa con imperdibles. Se vuelve a la imagen en el autobús de Susana y se enfoca su gabardina negra} y me calzó los botines de charol de nuevo {imagen de los botines bajo su cama. Se enfoca los playeros de Susana en el autobús} . Escoge, lee, pero no mires de nuevo ese cartel que hace años había colgado en tu pared de un concierto de Tequila {Se enfoca el cristal del autobús. Se ve una pared larga con carteles de conciertos pegados y el reflejo de susana en el propio cristal}. Las cintas de casete eran mis drogas {se vuelve a susana que cambia la canción en el Mp3}, pero más como las drogas eran las propias drogas{imagen se Susana inquieta, angustiada, se agita su respiración.}, que si a lomos de un caballo blanco galopábamos era porque siempre llevábamos puestas las botas de montar. {La voz en Of finaliza con un frenazo brusco del autobús. Susana se cae de frente estrepitosamente. La gente la aupa - ¿estas bien?¿se encuentra bien?¿se ha hecho daño?- Se oye a una señora - ¡sin vergüenza! A ver si aprende a conducir}

(Vuelve la voz en Off){Susana se baja en la siguiente parada}La tez pálida va a juego con la sonrisa nocturna, {va caminado muy seria}con los Jin-Tónics, con la Bola de Cristal, con las bambas de cuero, el pelo decolorado y las permanentes,{abre la puerta de un portal de oficinas, bufetes ... } la tez pálida va juego con las carreras sobre la taza del váter y las manchitas blancas alrededor de la nariz.{imagen de Susana de frente subiendo unas escaleras}.

Hace tiempo escribí que los críticos de música son músicos frustrados (y los críticos de cine, directores frustrados), y a los que linchan las décadas de juventud son los pobres frustrados que no pudieron exprimirla tanto como yo la exprimí. {Durante este comentario Susana está en una sala de espera muy blanca. Hay revistas, un jarrón con flores ... }.

Se abre una puerta .

-          ¿Susana? {Una señora}

{Susana asiente y hace una mueca de medio sonrisa, (Más como resignación) y se levanta.}

Se enfoca el cierre de la puerta.- Tras.- .

 

{Voz en off}Si habría de definirme, elegiría el polímero termoplástico{Susana en su salón, sentada fumando y mirando a la nada.}, el polipropileno {Al sonar esa palabra es como si volviese en si, y mira fijamente a la cámara}:

-          parcialmente cristalino {se enfocan las gafas que lleva puestas. El borde de una gafa , el cristal, ambas gafas juntas ... }

-          utilizado en una amplia variedad de aplicaciones que incluyen empaques para alimentos {enfoque comiendo. Es una cocina con una mesa central, visión plana. Se sube desde el suelo hasta la parte superior de la mesa donde se ve el medio cuerpo de Susana comiendo arroz  a grandes bocados.}, tejidos {escena follando/una mano que araña una espalda y esta sangra.  Están sentados, él y ella, y las piernas de Susana le rodean. Sudan mucho, y botan con energía, Susana le abraza, una mano está en la cabeza de él y la otra en su hombro. Tras captar esta imagen durante unos cinco jadeos se pasa a la imagen de la cara de Susana sobre el hombro de él. Con un chillido llega el orgasmo y al sonar éste se capta la imagen se la mano de Susana que araña con fuerza la piel de la espalda de él, y se retira. Se ve la lágrima de sangre que resbala.}, equipo de laboratorio {abriendo el mueble del baño, muy azotada, y sacando el cóctel de pastillas para dormir }, componentes automotrices {masturbándose en el sofá. Misma escena que en la cocina : imagen plana de abajo a arriba del sofá. Susana está tumbada en camisón, masturbándose.}y películas transparentes {echando una copa de vodka.Se enfoca la copa y la mano de Susana echando vodka, posando la botella y cogiendo la copa que sale de escena}.

-          Tiene gran resistencia contra diversos solventes químicos {en una fiesta, un after, música electrónica potente. Hay risas, un par de chicos gays sobándose en un sofá. Susana metiéndose rayas en una mesa.}

 

Duerme. (CAP.1)

- “Una mano separa tu ombligo de tus pechos, media mano del principio de la vagina, media mano mide la vulva y aún desconozco la profundidad del coño. Una lengua entre el clítoris y la puerta de entrada a la boca del león, un dedo de ancho – o dos, o tres o cuatro, ... o depende, o una polla- , pero si he de describirte lo haría con miles de pétalos que te cubran: uno por ojo, uno entre los ojos, uno  a lo ancho de la boca y tres por mejilla, y del codo a la punta del dedo índice van cinco en cadena. Pero he de parar, que contar me desespera, si eso implica recorrerte con la mente por entera: prefiero que sea a piel y lengua.

 

Te descubro cada día y he perdido la noción del tiempo en tus lunares, como el astrónomo que enloquece en sus delicias, y veo, que se me escapa vida al contemplarte, no se detiene el reloj de arena. ¿Tiempo perdido? Invertido en descifrar el enigma de tu cuerpo, que comienza en los pies, en la punta de tus dedos, y te emana del pelo que se desmorona sobre la almohada; pasa por tus rodillas que a veces tiemblan , y hace un giro en tus muslos para tocar tus nalgas, ... se detiene ;  sube brotando de las caderas hasta el pecho, que esquiva la espalda, lame la nuca, y se escapa a la contra a besarte fuerte en la boca.

 

La porcelana con la que hicieron tu cuerpo no existe porque no existió tal porcelana de carne ni tal piel de porcelana, fue la porcelana platónica y soñada. Vajilla onírica pintada de ensueño, dibujó profusos senos y un corazón en el centro, más abajo, al que llamó ombligo. Aderezó la blanca silueta de topos marrones salteados, escupidos por el cuerpo sin esquema, rompiendo la armonía de la blanca porcelana, esa platónica y soñada. Un firme tajo rasgó tus piernas e hizo dos largos brazos bajos que cuelgan cuando te sientas en la alacena, blancos y blandos, largos y en apariencia débiles. Arriba, más arriba de los muslos, el tajo se incrementa, se hunde fuerte en la carne y lo pierdo de vista, me grita fuerte a la cara la presencia de tu vagina, tan blanca y pulcra, ligeramente rosada a los adentros, coronada de un flequillo de vello negro tan fino como el terciopelo. Sube, y no te detengas aunque te llame un aroma que quisieras para ti, y alcanza las montañas,  sobrepasada la llanura limpia, montañas que culminan en dos enormes pezones rosas que chupar, que lamer y sobre los que descansar hasta las naturalezas muertas que reviven del calor que emana el pecho y el compás del corazón.

 

 

En el frió de tu rostro ya me pierdo, - que ilusión tratar de describirlo con palabras - pues aunque tus labios griten el calor que llevas dentro y tu lengua me haga descender a los infiernos, la gélida mirada que mantienes esquiva toda vida, te hace inerte. No puedo paliar eso – no lo intento -, seguiré acurrucando los instantes en el calor de tu forma.

 

Tiempo perdido. No logro descifrar el enigma de tu cuerpo. Tal vez todo se simplifique si permanezco más adentro.” – pensé mientras la veía dormida.  - “Realmente, querida, me fatigas sin medida y sin piedad. Al oírte suspirar, se diría que sufres más que las busconas sexagenarias y que las ancianas mendigas que recogen mendrugos de pan a la puerta de las tabernas. Si al menos tus suspiros expresaran remordimiento, te honrarían un tanto; pero sólo traducen la saciedad del bienestar y el agobio del reposo. Y además, no cesas de prorrumpir en palabras inútiles: ¡ámame, lo necesito tanto!¡consuélame, por aquí, acaríciame, por allá! . Mira, voy a intentar curarte (...)” - .

 

Descubrí la sábana, arrastré la mano, entreabrí sus piernas, me saqué la polla y la penetré.

 

“Para conocer la dicha hay que tener el valor de tragársela”.

 

1. UNA PRESENTACIÓN . PRÓLOGO. PROLEGÓMENO.

Busco un motivo para ser, y otro para no ser, un motivo para seguir y otro para detenerme, para avanzar y retroceder. Busco, sigo y elijo lo que más me conviene – pero como todos, ¿no?-.

 

Busco un motivo para que me mientas porque desesperadamente quiero que lo hagas; un motivo para que me odies, para que te vayas, y así de ningún modo – nunca jamás- habría de decirte que te quiero.

 

Ajena a lo que pienses, cuanto más fácil es seguir sin saber, sin preguntar aquella cuestión cuya respuesta pueda hacerte tanto mal como bien – más mal que bien-.

 

Y sigo haciéndome la sorda, y fingiéndome la ciega, volviéndome muda a mi manera. De conformarme al menos me conformo con guardarte entre las piernas, ... a ratos, por momentos.

 

Tropiezo en el camino, hay quien diría: es el destino. ¡Que destino ni que pollas! Casualidades de la vida que pusieron a tu cuerpo junto al mío, a tu cuerpo en frente del mío, a tu cuerpo encima del mío, a tu cuerpo dentro del mío ...

 

Te quiero – sí -, pero a mi manera: como a un hombre, como al hombre que me folla. Hay quien me llamaría superficial, pero yo no lo diría, que tu has estado bien dentro. Hay quien me llamaría zorra, pero yo no te obligué jamás a hacerlo. Hay quien me llamaría falsa, porque en el fondo me implico aunque no quiero, y a éstos he de decirles que me implico porque quiero, que me implico porque siento y deseo y me implico porque vivo obsesionada con el sexo que me das y las noches que me brindas, el calor de la verga que palpita.

 

¿Te quiero? Sí. Más que a nada, y más que a nadie; pero sólo y exclusivamente para el sexo.

 

 

Entender mi noción de vida excluye sobre todo a los retrógrados, a los cortos de mente, pero también a los visionarios: esto es sencillo – no complicado -, no me miento como el resto. “El corazón contento, subí a la montaña desde dónde se puede contemplar la ciudad en su amplitud, hospital, lupanar, purgatorio, infierno, cárcel, donde toda la enormidad florece como una flor” dijo Baudelaire No aspiro a grandes relaciones que no existen , ni a magnificarlo todo por amor. No hay sentimientos que perduren estables, no puedes creer en filosofías no palpables: ni en la fe, ni por supuesto el amor. Yo creo en la filosofía de la carne, lo que toco con los dedos, lo que chupo, lo que como a besos, lo que se me clava. “Bien sabes, oh Satán, patrón de mi angustia, que no fui allí para derramar lágrimas vanas; sino como un viejo lascivo de una vieja amante, quería embriagarme con la enorme ramera cuyo encanto infernal me rejuvenece siempre. Duermas aún entre las sábanas de la madrugada, pesada, oscura, resfriada, o te pavonees entre los velos de la tarde con pasamanería de oro fino.”  Efímero en la vida hay muchas cosas: ¿qué es el ser?¿qué es la vida?¿qué hay después de la muerte? No me interesan más complicaciones de las que me dan, más facturas ideológicas que pagar, ni más noches sin dormir pensando en preguntas que jamás se contestan. Hay cosas que prefiero no saber, hay cosas que decido obviar, desechar por completo, sentimientos que ignorar: es más sencillo, es más puro, es esencia.

 

Así como el “Hung” tibetano nos ayuda a desvincularnos de los sonidos y las palabras, y verlas realmente como son : vacías; así yo veo las relaciones – esa parte de mundo que parece obviarse que también es mundo- . Por eso al que lea pido:

 

“Abrid vuestros brazos al cambio, mas no permitáis que huyan vuestros valores” . (Dalai Lama)