1. UNA PRESENTACIÓN . PRÓLOGO. PROLEGÓMENO.
Busco un motivo para ser, y otro para no ser, un motivo para seguir y otro para detenerme, para avanzar y retroceder. Busco, sigo y elijo lo que más me conviene – pero como todos, ¿no?-.
Busco un motivo para que me mientas porque desesperadamente quiero que lo hagas; un motivo para que me odies, para que te vayas, y así de ningún modo – nunca jamás- habría de decirte que te quiero.
Ajena a lo que pienses, cuanto más fácil es seguir sin saber, sin preguntar aquella cuestión cuya respuesta pueda hacerte tanto mal como bien – más mal que bien-.
Y sigo haciéndome la sorda, y fingiéndome la ciega, volviéndome muda a mi manera. De conformarme al menos me conformo con guardarte entre las piernas, ... a ratos, por momentos.
Tropiezo en el camino, hay quien diría: es el destino. ¡Que destino ni que pollas! Casualidades de la vida que pusieron a tu cuerpo junto al mío, a tu cuerpo en frente del mío, a tu cuerpo encima del mío, a tu cuerpo dentro del mío ...
Te quiero – sí -, pero a mi manera: como a un hombre, como al hombre que me folla. Hay quien me llamaría superficial, pero yo no lo diría, que tu has estado bien dentro. Hay quien me llamaría zorra, pero yo no te obligué jamás a hacerlo. Hay quien me llamaría falsa, porque en el fondo me implico aunque no quiero, y a éstos he de decirles que me implico porque quiero, que me implico porque siento y deseo y me implico porque vivo obsesionada con el sexo que me das y las noches que me brindas, el calor de la verga que palpita.
¿Te quiero? Sí. Más que a nada, y más que a nadie; pero sólo y exclusivamente para el sexo.
Entender mi noción de vida excluye sobre todo a los retrógrados, a los cortos de mente, pero también a los visionarios: esto es sencillo – no complicado -, no me miento como el resto. “El corazón contento, subí a la montaña desde dónde se puede contemplar la ciudad en su amplitud, hospital, lupanar, purgatorio, infierno, cárcel, donde toda la enormidad florece como una flor” dijo Baudelaire No aspiro a grandes relaciones que no existen , ni a magnificarlo todo por amor. No hay sentimientos que perduren estables, no puedes creer en filosofías no palpables: ni en la fe, ni por supuesto el amor. Yo creo en la filosofía de la carne, lo que toco con los dedos, lo que chupo, lo que como a besos, lo que se me clava. “Bien sabes, oh Satán, patrón de mi angustia, que no fui allí para derramar lágrimas vanas; sino como un viejo lascivo de una vieja amante, quería embriagarme con la enorme ramera cuyo encanto infernal me rejuvenece siempre. Duermas aún entre las sábanas de la madrugada, pesada, oscura, resfriada, o te pavonees entre los velos de la tarde con pasamanería de oro fino.” Efímero en la vida hay muchas cosas: ¿qué es el ser?¿qué es la vida?¿qué hay después de la muerte? No me interesan más complicaciones de las que me dan, más facturas ideológicas que pagar, ni más noches sin dormir pensando en preguntas que jamás se contestan. Hay cosas que prefiero no saber, hay cosas que decido obviar, desechar por completo, sentimientos que ignorar: es más sencillo, es más puro, es esencia.
Así como el “Hung” tibetano nos ayuda a desvincularnos de los sonidos y las palabras, y verlas realmente como son : vacías; así yo veo las relaciones – esa parte de mundo que parece obviarse que también es mundo- . Por eso al que lea pido:
“Abrid vuestros brazos al cambio, mas no permitáis que huyan vuestros valores” . (Dalai Lama)
1 comentario
Aser -
Si la gente pensara asi desde luego que nos iria mejor,ya lo creo...